Inspector jefe de la Brigada Político Social de San Sebastián y la gran figura de la policía franquista en el País Vasco.
Respetado y temido por toda la sociedad vasca de la época y odiado también por muchos por su probada fama de cruel y violento torturador.
Colaboró activamente con la Gestapo alemana, que le adiestró, en la persecución de fugitivos en la frontera franco-española de Irún, ciudad donde continuó residiendo toda la vida.
Tras la muerte de Txabi, sus compañeros en la organización votaron que Melitón fuera ejecutado. Su mujer y su única hija fueron testigos de su asesinato el 2 de agosto de 1968, en el primer asesinato premeditado de ETA.
Hasta el día de hoy continúa sin conocerse quién es el autor de su muerte.